Blade Runner (parte 1)


CartelTÍTULO ORIGINAL: Blade Runner
AÑO: 1982
DURACIÓN: 112 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Ridley Scott
GUIÓN: David Webb Peoples y Hampton Fancher (Novela: Philip K. Dick)
MÚSICA: Vangelis
REPARTO: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Daryl Hannah, Edward James Olmos, Joanna Cassidy, Brion James, Joe Turkel
PRODUCTORA: Warner Bros. Pictures
PREMIOS: 1982: 2 nominaciones al Oscar: Mejor dirección artística, efectos visuales; 1982: Nominada al Globo de Oro: Mejor banda sonora original; 1983: 3 BAFTA: Fotografía, vestuario, direcc. artística. 8 nominaciones; 1982: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor fotografía
GÉNERO: Ciencia ficción, Acción, Thriller futurista

SINOPSIS: A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron desterrados de la Tierra. Brigadas especiales de policía, los Blade Runners, tenían órdenes de matar a todos los que no hubieran acatado la condena. Pero a esto no se le llamaba ejecución, se le llamaba «retiro».

Una de las cosas que menos me gusta de la industria cinematográfica es el continuo interés por los remakes o por ese sacacuartos llamado «nueva versión«, al que suelen adjudicarle nombres rimbombantes como Director´s cut, Final cut o Ultimate cut. Luego los fans correrán, poseídos por el amor al culto, a por sus nuevos 20″ de carácter exclusivo o a disfrutar con el lifting de Jabba el Hutt. Lo de los remakes puedo llegar a entenderlo. Si la nueva revisión aporta un rejuvenicimineto del clásico o, quizás, nuevos puntos de vistas que le permiten superar al original, uno consigue disfrutar con el nuevo film tanto como con el primero. Por ejemplo, La mosca (The fly, Kurt Neumann, 1958; David Cronenberg, 1996; basadas en el relato homónimo de George Langelaan). Ambas películas son jodidamente buenas, tanto que yo no sabría con cual de las dos quedarme: si con el encanto y candidez de la protagonizada por Vincent Price o con la sordidez en el devenir del Jeff Goldblum de la segunda. Otro más, El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, Christian Nyby, 1951; basados en el relato de John W. Campbell Jr.: Who Goes There?) y La cosa (The thing, John Carpenter, 1982), difícil decidir. Evidentemente hay otros tipos de remakes, los absolutamente insustanciales, ésos que no sabes muy bien qué ha pretendido el director filmando, plano a plano, escena a escena, secuencia a secuencia, exactamente lo mismo que el realizador original. Ejemplo de libro: Psicosis (Psicho, Alfred Hitchcok, 1960; Gus van Sant, 1998; ambas basadas en la novela de Robert Bloch). Y luego están los innecesarios, los que cuesta comprender quién tuvo la brillante idea de hacer un refrito de absolutos clásicos del cine y que, evidentemente, siempre van a salir perdiendo en cualquier comparativa: King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedshak, 1933; John Guillermin, 1976; Peter Jackson, 2005) o la reciente Desafío total (Total recall, Paul Verhoeven, 1990; Len Wiseman, 2012; a partir del relato Podemos recordarlo por usted al por mayor, Philip K. Dick)

Respecto a lo de las nuevas versiones, podemos utilizar la película de Blade Runner como ejemplo y de paso la revisamos en su totalidad.

La china

Blade Runner es una película de Ciencia Ficción, de éso creo que nadie tiene dudas. Pero no es sólo Ciencia Ficción, también es Cine Negro en estado puro, y se sitúa en una de las primeras posiciones del escalafón para cualquier amante del género CI-FI (siempre podemos discutir cuál es la primera, pero seguro que el film de Scott está siempre en un listado de 10 películas). El hecho de tener varias versiones de esta película hace que, por ejemplo, ese componente noir sólo se vea de forma clara en las primeras versiones, pero no en las últimas. Algún despistado puede estar, en este momento, preguntándose de qué estoy hablando. Tal vez, para que lo comprenda mejor, deberíamos explicar un poco la historia de la película.

La película es la adaptación cinematográfica de una novela, de título extraño, del norteamericano Philip K. Dick (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?), de la que sólo toma algunos conceptos y situaciones, pero alejándose mucho de la esencia de la obra original. Dirigida por Ridley Scott, está considerada como una de las obras cumbres de la Ciencia Ficción cinematográfica y precursora del subgénero conocido como ciberpunk. La obra se estrenó en 1982 con una acogida bastante pobre por parte de la crítica y de los aficionados al cine norteamericanos, no así en el resto del mundo, hecho que hizo que se convirtiera en película de culto.

El considerable éxito de la película hizo que la Warner se decidiera a ir sacando nuevas versiones de la misma, de tal modo que hoy día podríamos encontrar siete películas diferentes a partir de un mismo origen, con pequeños cambios en unas y cambios sustanciales en otras. Este maremagnum lo único que consigue es que cualquier conversación sobre Blade Runner haga que los aficionados se vuelvan locos intentando determinar de qué versión habla cada uno de los contertulios (¡Hostias, como con Star Wars!). El listado quedaría más o menos así:

Versión 1: La más conocida de todas porque fue la que se estrenó en todo el mundo, excepto USA: el montaje internacional. Contiene el happy end y la voz en off de Deckard.
Versión 2: La que se estrenó en los USA. Es prácticamente igual a la internacional salvo en algunas escenas violentas: el montaje doméstico.
Versión 3: La versión para TV, en la que aún se recortan más las escenas de violencia.
Versión 4 y 5: Dos versiones de trabajo, para preestrenos y festivales. Una de ellas se editó en 1991 como Director’s cut, sin el consentimiento de Ridley Scott.
Versión 6: Con motivo del 10º aniversario (y con la aprobación, ahora sí, de Scott) se puso a la venta y se reestrenó en 1992. Contiene pequeños cambios de edición, se incluye la escena de Deckard encontrado el unicornio de origami de Gaff, se elimina la voz en off, se reintroduce la escena del sueño del unicornio (es una toma de la película Legend) y se elimina el happy end. Estos últimos cambios hacen que el argumento sufra cambios sustaciales en su interpretación.
Versión 7: El Final cut, 2007. Remasterización digital, sonido 5.1 y mejora de los efectos especiales. Se añade una escena de bailarinas completamente insustancial.

Existe un pack (la edición superchachi es un maletín como el de Deckard lanzado en 2007) con 5 de las 7 versiones: faltan una de las versiones de trabajo y la que se creó para TV. Como buen friki, el menda la tiene (no el maletín), y la verdad es que viene de maravilla para ver las diferentes modificaciones.

Final cut pack

Las variaciones

Para mí, personalmente, la mejor de todas sigue siendo la primera versión. Llamadme nostálgico si queréis, pero es a la que más cariño le tengo y, por tanto, la que considero más completa. Eso sí, el puto happy end me toca mucho las narices. Es imposible creerse ese final. Hemos pasado dos horas de película entre oscuridad, lluvia, negativismo… y llega el tío Ridley y dice: ¡¡Toma ya, con dos cojones!! (realmente fue más cosa de los productores que se veían que el chiringuito se les venía abajo, pero mola más así 🙂 ). Un sol naciente, un cielo despejado, verdes montañas, un Cadillac descapotable (es broma), los dos tortolitos felices y que coman perdices. Pues no, colega, así no. Este final es una de las partes que cambian a partir de la versión del 92, es  eliminado y ahora finaliza cuando Deckard y Rachael entran en el ascensor, quedando así más dramático y acorde a la ambientación del resto del film.

La película tiene dosis de las viejas historias de cine negro de los 40’s, con esa voz en off poniéndonos en situación, mostrando la verdad subjetiva de Deckard y, por tanto, la única en la que podemos creer realmente. Al parecer, este recurso se adopta tras los preestrenos en USA ya que el público parecía no haber entendido muy bien la historia de la película. Lo gracioso viene cuando en la versión del 92 la quitan y te preguntas: ¿eran los espectadores del 82 más tontos que los del 92? No le preguntéis a Scott, que seguro que os intenta vender la primera chorrada que se le pase por la cabeza. Yo desde luego no me lo creo, pienso que con esta modificación lo que se pretende es conseguir que el  espectador dude si el protagonista es un ser humano o si, en realidad, es un androide y así vendernos una nueva película… sin tener que entrar en gastos de rodaje.

Y el tercer cambio (la adición de dos escenas: el unicornio del sueño y la que muestra a Deckard encontrando el origami) es el que hace que la eliminación de la voz en off sea una nimiedad, porque esta variación cambia por completo el significado de la película original, no sólo de estética sino de argumento: toda la historia que conocíamos en 1982 se va al garete y es girada 180º para ofrecernos una interpretación completamente contraria a la de la primera versión y, dicho sea de paso, terminar de distanciarse de la idea original del libro de Dick.

En resumen, las versiones podríamos resumirlas en dos: 1982, el montaje internacional, y 1992, la Director´s cut. El resto pueden ser tomadas como mera anécdota por contener simples variaciones estéticas.

(Fin de la primera parte)

Hay que ser muy hijo de puta


El mundo del cine ha bebido, desde los principios de su creación, de la literatura. Desde aquel Viaje a la Luna (Le Voyage dans la Lune, Georges Méliès, 1902), basado en De la Tierra a la Luna de Jules Verne, hasta las adaptaciones actuales (por ejemplo Mecanoscrito del segundo origen, en manos de Bigas Luna. ¡Qué miedo me da!), ambos mundos se han ido retroalimentando en una especie de simbiosis que en muchos casos ha sido realmente gratificante, hasta tal punto que en ocasiones es más fácil reconocer el nombre de la película que el del libro original. Seguro que muchos conocéis Blade Runner (Ridley Scott, 1982), pero algunos menos sabréis que el nombre original del libro es ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Philip K. Dick); o a todos os sonará Desafío total (Paul Verhoeven, 1990), pero casi seguro que no teníais ni idea que el relato se llama Podemos recordarlo por usted al por mayor (Philip K. Dick). Claro que, todo sea dicho, cualquiera que haya leído estos libros o relatos y haya visto las películas sabrá que los parecidos entre original y adaptación son pura coincidencia.

Philip K. Dick debe ser uno de los autores que más relatos o novelas tiene versionados en la gran pantalla, pero estoy seguro que Stephen King le gana por goleada. Entre tantas obras que han sido adaptadas del maestro del terror, en 2007, Frank Darabont (Cadena perpetua, 1994), decidió realizar un relato de King llamado La niebla. La idea original fue más o menos respetada: un pueblo, un banco de niebla denso, ruidos y monstruos surgidos de ese manto lechoso y problemas interpersonales, pero el director y guionista decidió cambiar el final. La película en sí no llega ni a pasable, pero ese cambio en el desenlace consigue que la muy puta permanezca en la memoria de forma inquebrantable.

(Si quieres ver la película no leas lo siguiente)

Trama previa: un pueblo, una banco de niebla que lo cubre todo, un supermercado, ruidos y gruñidos surgidos de la niebla, monstruos asesinos,  gente encerrada en el super, conflictos y gente que huye del pueblo en coches…

Escenario: un vehículo detenido en medio del camino por falta de combustible. El exterior completamente blanco, sin visibilidad.

Personajes: (5) David (el protagonista), su hijo, una chica que ha conocido en el supermercado y una pareja de ancianos.

Objetos relevantes: una pistola con 4 balas.

… Después de que el coche se detenga y de que los ruidos externos sean constantes, los ocupantes del vehículo toman la decisión de suicidarse. Pero existe un problema: sólo hay cuatro balas. David  se “sacrifica” y va matando a los otros personajes, incluido su propio hijo. Completamente abatido y destrozado por lo ocurrido, decide acabar con su vida, sale del vehículo y comienza a gritar hacia la niebla, pidiendo que lo maten de una vez. En ese momento, comienza a oírse ruidos, la niebla se va despejando poco a poco y nuestro protagonista ve como por delante de sus ojos va pasando un convoy militar que va recogiendo supervivientes y eliminando los monstruos que van quedando. Un par de soldados se acercan a él para comprobar que se encuentra bien…

(Fin del spoiler)

Evidentemente, el desarrollo de la película y el final tienen algunos detalles más que hacen que sea aún más cabrón, pero ver ese desenlace pone los pelos de punta del mal rollo que da. En el relato original, la historia acaba de forma esperanzadora, algo inadecuado para mi gusto, cuando los ocupantes del vehículo escuchan por la radio del coche una emisión de radio, lo que supone un hilo de esperanza. Asi, leído, no resulta excesivamente convincente, así que os recomiendo verlo y disfrutarlo.

(Abajo tenéis un video de youtube con el final, está en portugués, creo, pero sólo con ver las imágenes se entiende bastante bien)