CI-FI in spanish x3


Reconozco que he leído bastante CIFI, pero también debo reconocer que casi nada de lo que se hace por esta tierra patria. En su momento intenté remediar esta afrenta nacionalista, pero el horizonte era un absoluto erial… o al menos eso pareció. Hoy en día todo eso ha cambiado, el panorama es muy alentador en los campos de la Ciencia Ficción y el Terror. Los veteranos Miquel Barceló, César Mallorquí, Javier Negrete o Ángel Torres Quesada siguen siendo un valor seguro a leer. Por supuesto, más actuales, tenemos a los Manel Loureiro, Carlos Sisi, José Carlos Somoza o Juan de Dios Garduño, que en mayor o menor medida están contribuyendo a dar mayor prestigio al género hispano.

Hoy voy a proponeros 3 libros, tres libros que tienen características muy diferentes entre sí.

1.- La nave, de Tomás Salvador (1959)

Esta obra nos narra una especie de crónica sobre las dos facciones de pobladores de una nave terrestre, perdida en el espacio, y cuyas relaciones han degenerado hacia una especie de tiranía. La obra se divide en tres partes diferenciadas: un diario, una narración en tiempo real y una poesía épica.

A pesar de tener más de 50 años, la obra es absolutamente actual, no ha perdido un ápice de vigencia y posee una fuerza brutal. Una auténtica joya de la CIFI hispana que deberíamos recuperar porque tiene poco que envidar otras grandes obras internacionales.

2.- Cuarenta siglos os contemplan, de Sergio Mars (2006)

Premio Ignotus de novela corta 2009.

Mención especial Premios UPC 2006.

Esta novela corta, o relato largo, ha sido una auténtica sorpresa. la compré hace un tiempo en ficcionbooks (ya desaparecida, tendréis que buscarla en otros sitios) por 1€, más o menos, en formato epub. Y me la he leído en dos patadas. La idea es simple: un desierto, un resplandor anaranjado y gente desnuda que no sabe por qué razón se hayan allí. A partir de ahí podréis más o menos intuir que todo se va a mover por los derroteros habituales: búsqueda de líderes, confrontaciones, miedos,…

Si alguien ha leído La cúpula de Stephen King, aquí se va a encontrar con una historia similar pero condensada en muchísimas menos páginas, aunque con la misma fuerza.

La frase del título está tomada de una cita de Napoleón Bonaparte«¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas Pirámides, cuarenta siglos os contemplan!»

Por 1 euro, aquí podéis comprarla: http://lektu.com/l/capside/cuarenta-siglos-os-contemplan/444

3.- Los senderos ocultos de los dioses, de Hilario Gómez Saafigueroa (2012)

Una historia futura en la que se entremezclan naves interestelares, agujeros negros, corporaciones espaciales comerciales, espionaje industrial y mundos paralelos. Lo cierto es que es muy entretenida, aunque hecho de menos más páginas, más texto en el que conocer mejor a algunos personajes, en el que se desarrollen mejor algunas situaciones. También es cierto que algún aspecto de la física tratada me chirría, pero en general es más que entretenida. Y el desarrollo te va dejando traspuesto con cada giro.

La podéis encontrar en Amazon por 0,89€.

El libro de las ilusiones – Paul Auster


David Zimmer, un escritor y profesor de literatura de Vermont, se pasa los días bebiendo y cavilando sobre el minuto aquel en que su mujer y sus hijos todavía no habían subido al avión que estalló. Una noche, por primera vez en seis meses, algo lo hace reír. El causante es Hector Mann, uno de los últimos cómicos del cine mudo. David escribe y publica un libro sobre Mann, un brillante y enigmático cómico nacido en Argentina, que hace sesenta años se desvaneció sin que se supiera nada más de él. Tres meses después, Zimmer recibe una carta de una mujer que afirma ser la esposa de Hector Mann, y lo invita a verlos, a ella y a su marido, en Tierra del Sueño, Nuevo México… Una novela extraordinaria que confirma a Paul Auster como a uno de los mejores y más personales escritores de nuestro tiempo.

Ya he comentado anteriormente mi relación de amor-odio con Auster. Es algo que no sé explicar si se produce por los libros en sí o por mi estado de ánimo. El caso es que este libro, como Leviatán, me han resultado simple y llanamente magistrales, inmensos, llenos de carga simbólica y emocional. Libros que te atrapan, te estrujan, te vacían y luego te hacen añorarlos de forma visceral.

En el caso de El libro de las ilusiones, el autor norteamericano nos introduce en una historia cíclica de dolor y esperanza, en un tour de force en el que la caída se encuentra en lucha constante con la segunda oportunidad. Porque básicamente esta obra nos habla de eso: de la esperanza ante una nueva opción para vivir. De castigo y redención, aunque a veces esa redención se convierta en un castigo aún mayor.

La novela, como en muchas otras ocasiones en la obra de Auster, nos habla de un escritor en crisis. En este caso es una crisis personal, un hundimiento hacia la autodestrucción, una búsqueda de la degradación propia y social. Nuestro protagonista ha perdido a su familia en un trágico accidente de avión tras el cual se aísla de todo para dedicarse, única y exclusivamente, a ser un muerto en vida. Pero en uno de esos días de decadencia, pasando de un canal a otro en la televisión, David ve un fragmento de una película muda que le hace reír. Esa risa provoca una catarsis en nuestro personaje que comienza a buscar de forma obsesiva, como vía de escape a su autodestrucción, toda la información posible sobre ese actor desconocido que le ha abierto una puerta a la esperanza.

La obra, poco a poco, nos irá descubriendo a Hector Mann, un actor del cine mudo de los 1910’s, que un día desaparece sin dejar rastro. Una desaparición que 50 años después sigue sin resolverse. David, va visionando, poco a poco, todas las películas existentes de Mann y acaba escribiendo un libro sobre el actor. A partir de ese momento, y con la aparición de una mujer, Alma que está relacionada con Mann, Auster nos muestra como la luz al final del túnel se va a cercando cada vez más a nuestro protagonista que vuelve a sentir apego por su existencia.

Paul Auster, como muchas veces en toda su obra, nos tiende puentes entre sus diferentes creaciones haciendo referencias sutiles que nos encaminen a profundizar en ellas. En el caso del Libro de las ilusiones, se hace referencia a los títulos de algunas películas de Mann que, posteriormente, el propio Auster ha utilizado para sus creaciones o recuperando personajes de otras obras (David Zimmer, el protagonista, ya apareció en El palacio de la luna) o, algo más habitual, reutilizando algunos aspectos de las tramas: desaparición de personajes, protagonistas que son escritores, aislamiento,…

Mirando atrás


Hoy he hecho una miniquedada con tres foreros de epublibre.org por asuntos que no vienen al caso. Y realmente he disfrutado de una hora y media de buena compañía, de buena charla y de una cerveza fresquita. Gracias a TaliZorah, a Basabel y Glokta por el rato que hemos disfrutado.

La conversación ha ido tomando un recorrido tranquilo, desde conocernos un poco, hasta alcanzar lo inevitable: ePubLibre. Hemos ido rememorando el proceso  desde nuestra salida de epubgratis, intentando entender las posibles razones de la transformación, pasando por ese momento en tierra de nadie en el que se hacía difícil adivinar el nacimiento de EPL, con nuestras discusiones, peleas y momentos críticos. Hasta que hemos llegado al día de hoy, en el que EPL lleva casi dos meses con nosotros. Hemos intentado ver hacia dónde nos dirigimos, planteando nuevas posibilidades para los usuarios, intentando  ver las alternativas que tenemos de continuidad. Un momento realmente agradable que espero pueda repetirse.

Después de despedirnos, cuando cada uno tomaba su camino, me he puesto a pensar en EPG. Independientemente de todo lo que ha pasado, gracias a esa web estamos donde estamos, eso no puede cambiarlo nadie, pero viendo el momento que atraviesa, viendo el abandono que sufre, siento un cierto regusto amargo, una cierta pena por lo que fuimos y que quedó atrás.

¡Larga vida a EPL!

La idiotez de no querer tener mitos


25 de abril de 1993

Estadio de Mestalla

Valencia C. F. – PSV Eindhoven

A un lado del rectángulo de juego el mito que se despedía, Mario Alberto Kempes, en el otro extremo el anhelado, el que no vendría ni regalado, el que al final vino pero no pudo estar: Romario de Souza Faria. Ése fue el último partido de homenaje, que yo recuerde, que se ha disputado en Mestalla.

Desde 1993 hasta la actualidad, el Valencia C. F. ha ganado la Copa del Rey del 99, la Supercopa de España del 99, la Liga del 2002, la del 2004, la UEFA del 2004, la Supercopa de Europa en 2004 y la Copa del Rey del 2008. Se han jugado dos finales de Champions League (2000 y 2001). Todos esos títulos y finales son los que tiene en su palmarés Miguel Ángel Angulo, más una Copa de Europa de selecciones sub-21. No ha recibido su partido de homenaje.

Durante esos años (y con los mismos títulos a nivel de club que Angulo), un portero, Santiago Cañizares, ha obtenido tres veces el premio Zamora al portero menos goleado de la Liga española. No ha recibido partido de homenaje alguno.

Amedeo Carboni cuenta con seis de esos títulos (salvo la Copa del 2008), además de ostentar el récord de edad en el club, al retirarse con 41 años y un mes. No ha tenido aún su partido de homenaje.

Fernando Gómez Colomer es el jugador del Valencia C. F. con mayor número de partidos y minutos disputados con la camiseta blanca. Tampoco tuvo su partido de homenaje.

La lista podría ser enorme. Con los mismos títulos a nivel de club tenemos varios jugadores de los de la época de la doble Liga: Rubén Baraja, David Albelda o Carlos Marchena, por ejemplo, aunque este último cuenta en su haber con 3 títulos de selección (Eurocopa sub-20, Eurocopa y Mundial absolutos), más una medalla de plata olímpica.

La pregunta es: ¿qué ha hecho David Albelda, que no hayan hecho los demás jugadores nombrados, para que se intente desde los medios de comunicación que tenga un partido de homenaje? ¿Qué méritos, que no tengan los demás, tiene para tamaña distinción pisoteando el recuerdo de los otros exjugadores? Probablemente no tenga nada que le haga destacar por encima de los demás que parecen tener vetado el reconocimiento.

Por ello, por los méritos de todos, no queremos un partido de homenaje al que fuera capitán del Valencia C. F. Lo que queremos, lo que exigimos, es un partido homenaje a todos los jugadores que, en mayor o menor medida, participaron en esa década gloriosa de nuestro equipo. Porque todos ellos merecen ser mitos de nuestro Valencia.

Tanta gloria lleves como paz dejas


Ni pretendo ni quiero negar mis ideas. Pocos habrá que no conozcan mi animadversión por David Albelda Aliqués (alias el Llagrimetes, el Patriota, el Cono,…). Básicamente mi asco va hacia la persona, no hacia el futbolista, al menos hacia el futbolista que fue hasta el año 2004. Aquel verano en el que el hoy idolatrado 6 del Valencia puso nombre a la razón de la marcha del, probablemente, mejor entrenador del Valencia C. F. (Rafael Benítez): dinero. Él que sólo ha pensado en los colores de su equipo del alma. ¿Dónde vas a comparar?

No le quito los méritos deportivos, con él en la plantilla el Valencia C. F. vivió sus mejores años (al menos de la época moderna). Hizo de su esfuerzo un complemento perfecto a otro grande de nuestro equipo: Rubén «el Pipo» Baraja, uno de los tipos más íntegros que han pasado por este club y al que el Gran Gestor despidió a través de los micrófonos de Canal+. ¿Dónde cojones estaban todos esos plumillas que hoy ponen el grito en el cielo por la no renovación del único jugador que ha presentado una denuncia contra nuestro club? Probablemente los que más le lloran sean los que más le deben. Ellos sabrán cual es el plato del que comen. Los mismos juntaletras que no movieron un dedo por el tipo que más títulos ha logrado en el Valencia C. F. en los últimos tiempos: Miguel Ángel Angulo. Más que el 6, que ya es decir.

Por cierto, para los que piden partidos homenaje y tal. Mirad a ver cuantos partidos homenaje ha hecho el Valencia C. F. desde el famoso partido en honor a Kempes contra el PSV… Pues eso.

A Don David Albelda Aliqués, gracias por los servicios prestados, gracias por el esfuerzo, gracias por la entrega, gracias por el pundonor y todo lo demás. Bon vent i barca nova!